Esas metas incluían: un consumo adecuado de frutas y vegetales, un bajo porcentaje de ingesta de grasa, no tomar alcohol, consumir una cantidad moderada de calorías y adherir al Indice de Alimentación Saludable del Gobierno estadounidense, el cual mide la calidad general de la dieta. Menos del 1 por ciento de las participantes cumplían con los estándares ideales en cada categoría. "Las mujeres afroamericanas (...) enfrentan una peor incidencia de cáncer y mortalidad que el resto de los grupos étnicos y las afroamericanas pobres padecen una desventaja aún mayor", dijo Ann Klassen, profesor asociado de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Johns Hopkins University.
"Mejorar la dieta es un modo efectivo de ayudar a estas mujeres a reducir su riesgo de desarrollar cáncer", expresó Klassen, quien agregó que las participantes del estudio siguieron un programa que buscaba mejorar su nutrición. El riesgo de cáncer puede evaluarse usando mediciones que incluyen la dieta, la edad, la etnia y factores genéticos. El estudio es relevante no sólo para las mujeres negras de todas las ciudades, sino para las mujeres pobres de todos los grupos étnicos, dijeron los investigadores.
Los resultados fueron presentados en una conferencia de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer, realizada en Atlanta.