


Los investigadores, encabezados por el médico Ian Paul, afirmaron que la miel actuó mejor que la ausencia de tratamiento o la administración de DXM en la reducción de la gravedad, la frecuencia y la intensidad de la tos nocturna debida a la infección de las vías respiratorias superiores.

Estas conclusiones son notables, especialmente dado que un consejo asesor de la Dirección de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) recomendó recientemente que no se administren jarabes sin receta para resfrío y tos a los niños menores de 6 años, porque carecen de eficacia como tratamiento pero pueden tener efectos nocivos secundarios.

Sin embargo, la miel se ha usado durante siglos en algunas culturas para el alivio de los síntomas vinculados con la infección de las vías respiratorias superiores, como la tos, y se le considera segura para niños de más de 12 meses. La miel tiene efectos antioxidantes y antimicrobianos bien conocidos, lo cual puede explicar su contribución a sanar heridas. Asimismo la miel suaviza en el contacto, lo cual puede explicar su efecto sobre la tos, según ha indicado la Organización Mundial de la Salud.

Los padres y las madres respondieron cinco preguntas acerca de la tos y la calidad del descanso de sus niños, como asimismo acerca de su propio descanso.
En la segunda noche a los niños, separados en grupos, se les administró miel, se les administró DXM con sabor artificial de miel, o no se les administró tratamiento alguno una media hora antes de que se fueran a la cama. Los padres respondieron las mismas preguntas la mañana siguiente.
En todas las instancias los padres y madres dieron más calificación a la miel que al DXM o la ausencia de tratamiento para el alivio de los síntomas de tos y dificultad para dormir de sus niños.